Biografía del Mártir

 

 

grimau

 

Julián Grimau García. Fue político comunista español y se destacó en varias luchas de independencias, participó en Cuba en hazañas que lo hicieron acreedor de significantes condecoraciones póstumas. Su actividad le hizo ser una de las personas más buscadas por la policía española.
Nació en Madrid el 18 de febrero de 1911. Hijo de Enrique Grimau de Mauro, comisario de policía de Barcelona, dramaturgo, y de María García. Su abuelo paterno Julián Grimau de Urssa, fue un conocido médico y alcalde del pueblo de Cantalejo en Segovia.

Participación en la Guerra Civil
En su juventud militó en Izquierda Republicana. Al estallar la Guerra Civil Española, ingresó en el Partido Comunista de España (PCE). Pasó la guerra en Barcelona, donde se dedicó a labores policiales. Al ser derrotada la República, se exilió en Latinoamérica, estableciéndose posteriormente en Francia. En esa época fue acusado de cometer torturas y asesinatos en una “checa” (centro de detención político) de Barcelona durante la Guerra Civil y en el ejercicio de su labor como policía también durante la contienda.
Fue uno de los dirigentes del PCE durante la época franquista. En 1954, durante el congreso del partido celebrado en Praga, fue elegido miembro de su comité central. A partir de 1959 se haría cargo de la dirección del partido “en el interior” en España, donde tuvo que residir clandestinamente a lo largo de varios períodos. Fue una de las personas más buscadas por la policía española.
Sus detenciones y encarcelamientos
Fue detenido en noviembre de 1962, se produjo en un autobús en el que viajaban únicamente él y otros dos pasajeros, que resultaron ser agentes de la policia política. Era evidente que había sido delatado. Fue conducido a la Dirección General de Seguridad, situada en la madrileña Puerta del Sol, en el edificio conocido como Casa de Correos, hoy sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Allí cayó por la ventana desde un segundo piso a un callejón, lo que le ocasionó graves lesiones en el cráneo y en ambas muñecas. Grimau explicó este hecho a su abogado declarando que en un momento dado de la sesión de tortura a la que fue sometido por sus interrogadores, le agarraron y le arrojaron por la ventana, esposado con las manos delante, razón por la cual se fracturó la frente y las muñecas.

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