Investigadores del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER, CONICET-UNR) y del Centro de Investigación del Cáncer Rosario, Argentina, detectaron una proteína responsable de generar resistencia al 5-fluorouracilo (5-FU), la droga más usada en ese país contra el cáncer de colon. El hallazgo, que fue publicado en la revista Cells, especializada en avances de oncología y biomedicina, abre la puerta para desarrollar terapias contra este cáncer más efectivas y con menos efectos secundarios.
Proteína GTPasa: responsable de la resistencia al tratamiento más empleado contra el cáncer de colon
Mauricio Menacho Márquez, investigador del CONICET en el IDICER y uno de los autores de la publicación, explicó que el cáncer de colon es uno de los más diagnosticados, no sólo en el país sino también a nivel mundial, y que junto con el cáncer de mama en mujeres y el de pulmón, es de los tres tipos tumorales más frecuentes; con la particularidad de que, si se lo detecta a tiempo, las terapias son muy efectivas. “Si bien los tumores responden bien inicialmente a tratamientos basados en 5-fluorouracilo, muchos tipos tumorales se vuelven resistentes a la terapia y esta deja de funcionar”, explica.
Al respecto, el científico y también autor del artículo, Luciano Anselmino, detalló que hay personas con mayor predisposición a desarrollar resistencia que otras. El problema, según apuntó, es que las quimioterapias que se usan actualmente suelen ser también citotóxicas, es decir que “cuando uno está sometido a una quimioterapia, ese fármaco no sólo afecta al tumor sino que también afecta a otros tejidos del cuerpo”. Es lo que se conoce como efectos secundarios: caída del cabello, debilitamiento de las uñas, descamación de la piel, entre otros.
Anselmino contó que esos efectos son los que evitan que los médicos puedan incrementar las dosis. “Lo que estamos buscando nosotros son compuestos que tengan pocos efectos secundarios y que de alguna forma puedan resensibilizar a los pacientes a las terapias actuales”, señaló.
Luciano Anselmino y su grupo venían estudiando fármacos con potencial para sensibilizar a algunos pacientes. En esta oportunidad, buscaron objetivos terapéuticos, es decir, objetivos para nuevos tratamientos o para tratamientos alternativos que resensibilizaran a pacientes que ya no respondieran a terapias con 5-FU. “Lo que hicimos fue aprovechar datos biológicos que se generan constantemente a partir de los avances tecnológicos de las últimas décadas”, aclaró.
Según el científico, cada vez hay más datos de secuenciación genómica -de los ADN de las personas-, y esos datos son públicos para la comunidad científica. “Nosotros aprovechamos esta información y desarrollamos un flujo de trabajo, una manera de organizarla que nos permita detectar potenciales objetivos, potenciales proteínas”.
Luego de hacer una intensa búsqueda y un análisis informático con IA durante un tiempo prolongado, aparecieron los objetivos clave en el desarrollo de resistencia en pacientes con cáncer colorrectal.
Menacho Márquez recordó que pusieron el foco en esas proteínas para ver si existían drogas que apuntaran hacia ellas. Y que comenzaron a colaborar colegas de la Universidad Nacional de Quilmes, que les enviaron un compuesto inhibidor de esas proteínas que se llaman GTPasas pequeñas, en particular Rac1, y con un colaborador de Francia, que también había desarrollado un inhibidor de esas proteínas.
Anselmino agregó que el encuentro con estos otros grupos de investigación fue interesante ya que vieron que esa misma vía -GTPasas-, estaba involucrada en el desarrollo de resistencia en otros tipos de cáncer. “Eso nos llamó mucho la atención y nos impulsó a pensar que estos resultados realmente eran importantes”, dice, “por eso empezamos a probar en diferentes modelos, sobre células, ratones y distintos compuestos que inhibían de alguna manera esa proteína”.
Allí encontraron el compuesto 1A-116 que, en ratones, frenaba el crecimiento de tumores resistentes. Sobre los experimentos de laboratorio, recordó que generaban tumores resistentes exponiendo células a dosis crecientes de 5-FU y las células podían crecer a dosis muy altas. Sobre esas células probaban compuestos para ver si evitaban el crecimiento de las resistentes.
“La idea principal ahora, una vez encontrada esta proteína que ya vimos que es importante en la resistencia a los tratamientos, es probar estos compuestos en otros modelos, en otros tipos de cáncer para ver cómo responden”, comentó Anselmino.
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