Hace algunos días, quien fuera durante casi 10 años el Director de la Empresa Laboratorios Farmacéuticos AICA, pasaba a ocupar igual responsabilidad en el Centro de Inmunología Molecular (CIM). La noticia quizás tomó por sorpresa a Antonio Emilio Vallín García, quien hoy gentilmente accede a la curiosidad de Infomed…
– ¿De dónde provenía cuando llegó a AICA?
«Llegué en octubre de 2015, en el momento en el que era Director General para las Operaciones Industriales en el CIM, con mi gran y querido jefe Agustín Lage. Lo acepté como un nuevo desafío, algo que siempre me ha gustado. Al llegar allí no tenía relaciones con la mayor parte del colectivo, había un equipo de dirección extremadamente disciplinado y conocedor de lo que
hacía, pero quizás faltaba explotar todas las posibilidades de financiación internacional, desarrollar nuevos productos, recapitalizar una base que estaba muy explotada. Comenzó el proceso de fusión empresarial, que llevó adelante Biocubafarma. La empresa fue creciendo, ahora son 1800 trabajadores y 17 líneas de producción».
– ¿Cuánto avanzó AICA en los últimos años en la implementación de buenas prácticas a pesar de las limitaciones financieras?
– «Las producciones de AICA hoy incluyen ciento ochenta productos distintos, muy vinculados a salones de operaciones, cuerpos de guardia o atención al paciente grave. Los productos inyectables genéricos tienen un gran impacto en la vida de los cubanos, y más luego cuando adquirimos la responsabilidad sobre la fabricación de los hemoderivados».
– ¿Cuál podría estar entre los principales aportes suyos a AICA?
– «Puede ser haber creado un equipo de dirección muy unido, capaz de sobreponerse a los problemas logísticos del bloqueo, actuar con creatividad y sobre todo con velocidad para reaccionar. Hemos logrado nuevas licencias sanitarias y nuevos estándares de calidad a partir de procesos inversionistas muy bien diseñados y acometidos en poco tiempo, algo que permitió convertirnos también en fabricantes de vacunas de alto estándar para luchar contra la COVID dentro y fuera de Cuba. Hemos sido acreedores
de múltiples premios de innovación, fuimos de las primeras empresas en constituir pymes: (ejemplo de gestión dentro y fuera del sector) y la primera empresa que asumió el sistema empresarial, aprobado mediante el Decreto 53, que reconoce el esfuerzo desplegado por los trabajadores en correspondencia con su desempeño».
– ¿Cuáles son sus claves para haber llegado a ser un líder tan querido?
– «Si a algo le puedo asociar el nivel de afinidad de trabajadores y cuadros es porque considero que soy una persona extremadamente sencilla para comunicarme, lo mismo con un obrero que con un directivo de muy alto nivel. Desarrollé también en AICA una política que me enseñó Lage de mantener “puertas abiertas”; significa que cualquier trabajador en cualquier momento podía llevarme cualquier problema, eso sí: cero chismes, si teníamos algún desacuerdo lo discutíamos hasta el cansancio, pero una vez terminado el intercambio no había rencores, sino transparencia en la toma de decisiones».
– ¿Cómo recibió el yo más interior de Vallín y su familia la noticia de que terminaban sus días en AICA y regresaba al CIM?
– «Mi primera impresión es que yo podía ser más útil en AICA para continuar su transformación y contribuir a elevar aún más sus capacidades productivas. Regresar al CIM no es para mí una tarea pequeña, sino un gran desafío. Y a él le entregaré mis mejores esfuerzos».
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