
Pocas veces un estudio científico puede tener un impacto beneficioso en la vida diaria de tantos millones de personas, explican los cardiólogos Valentín Fuster y Borja Ibáñez. Hace un par de meses, su equipo presentó los resultados de un ensayo clínico con 8 500 voluntarios que mostró que los betabloqueantdores ―unos fármacos que se recetan de por vida tras un infarto desde hace décadas― “no aportan beneficio alguno” a la mayoría de estos pacientes, aquellos que mantienen su capacidad de bombeo del corazón. “Hablamos de decenas o cientos de millones de personas en el mundo, es una barbaridad”, resume Ibáñez, en una sala del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Sus conclusiones, sin embargo, se…













