Durante décadas, la promesa de “no dejar a nadie atrás” ha sido una meta aspiracional en materia de salud mundial, un ideal consagrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y reflejado en innumerables declaraciones. Sin embargo, para millones de personas en las Américas, el aislamiento geográfico, las disparidades socioeconómicas y las barreras sistémicas han hecho que esta visión sea inalcanzable durante mucho tiempo.
La pandemia de COVID-19 expuso aún más estas desigualdades, subrayando la necesidad urgente de acelerar la adopción de innovaciones sanitarias para proteger los