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Los científicos creen que la pandemia se acabará, aunque el nuevo coronavirus siga existiendo

Al Día, Noticias de Salud

Los científicos creen que la pandemia se acabará, aunque el nuevo coronavirus siga existiendo

La vacunación nos protege de enfermar por el SARS-CoV-2, un virus con el que la humanidad acabará conviviendo, como ya lo hacemos con los resfriados o la gripe estacional. Y cuanto antes estemos todos vacunados, antes dejará de ser un problema grave.

La pandemia se acabará, y para que esto suceda no hará falta que el nuecoronavirusvo coronavirus desaparezca del planeta. La comunidad científica coincide en señalar que el SARS-CoV-2 se convertirá en un virus respiratorio endémico, como ya lo es, por ejemplo, la gripe estacional.

“Probablemente veremos una evolución del virus”, comenta Beatriz Mothe, especialista del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol en Badalona, cerca de Barcelona. “El virus se irá adaptando”, pronostica.

El SARS-CoV-2 se convertirá en un virus respiratorio endémico, como ya lo es, por ejemplo, la gripe estacional

Los motivos son varios, pero pueden resumirse en dos: la vacunación no eliminará por completo el SARS-CoV-2 y probablemente el virus evolucionará para seguir contagiando de forma más leve, sin matar al huésped.

Por un lado, las vacunas previenen de las formas más graves de la COVID-19, pero aún no han demostrado que sean capaces de cortar de raíz la transmisión del virus ni cuánto durará la inmunidad provocada por la vacuna. De momento, a lo largo de la historia los programas de vacunación han logrado acabar por completo con dos enfermedades: la viruela y la peste bovina, que no afectaba a los humanos, pero provocó una gran escasez de alimentos.

Por otro lado, los virus necesitan un huésped como los humanos para replicarse y sobrevivir. Por lo tanto, su lógica evolutiva no es la de matar al huésped, sino la de continuar infectando para reproducirse en él.

De momento, los programas de vacunación han logrado acabar por completo con dos enfermedades: la viruela y la peste bovina

“Este virus ha venido para quedarse, vamos a seguir conviviendo con él”, asegura Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CNB-CSIC). Algunos de los factores que incidirán en la conversión del nuevo coronavirus en un viejo conocido son su velocidad de propagación y el ritmo de vacunación.

Un artículo periodístico en la revista Nature, añadía otros argumentos que respaldan la tesis de que el coronavirus no desaparecerá de nuestras vidas. Algunos de los factores que pueden reforzar la circulación del SARS-CoV-2 en el planeta son las reticencias de algunas personas a vacunarse y un posible cambio de comportamiento de las ya vacunadas al sentirse más seguras. Por eso es importante que después de vacunarnos sigamos manteniendo las medidas de protección:  mascarilla, higiene, ventilación y limitación de las interacciones sociales.

El final de la fase aguda de la pandemia llegará con la generalización de la vacunación, que debe extenderse a todo el mundo. Hay estudios que calculan que esto no sucederá hasta 2024 por la distribución desigual de dosis, según el Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke (Estados Unidos).

A partir de entonces, según la hipótesis de una proyección publicada a principios de 2021 en la revista Science, el virus circularía menos y causaría síntomas menos graves.

Los autores de este estudio asemejan el SARS-CoV-2 a otros cuatro coronavirus, ‘primos hermanos’ suyos, que causan el resfriado común; y lo diferencian de sus antecesores SARS-CoV y MERS-CoV, que emergieron en 2002 y 2012.

La fase pos pandemia estará influenciada por factores como la reinfección, la estacionalidad y la competición con otros virus para imponerse sobre ellos, según otro trabajo publicado a finales de 2020, también en Science.

Sobrevivir a toda costa: nuevas variantes

La aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2 puede complicar el panorama. A pesar de que muta menos que otros virus, como el de la gripe o el del VIH, ya han surgido nuevas variantes más contagiosas, pero no más mortales. Sus mutaciones se concentran en la proteína S de su corona para engancharse mejor a las células humanas y continuar infectando.

A pesar de que el SARS-CoV-2 muta menos que otros virus, como el de la gripe o el del VIH, ya han surgido nuevas variantes más contagiosas

“En cierto sentido, le estamos dando oportunidades al virus para ir adquiriendo nuevas mutaciones y ventajas evolutivas, como nuevas variantes que se transmiten mejor y son capaces de evadir la respuesta inmune”, dice Francisco Díez, investigador del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (CNM-ISCIII).

Por ejemplo, la mutación D614G apareció en enero de 2020 y en medio año acabó siendo la variante dominante en todo el mundo, sustituyendo al virus original que se detectó en China, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esa nueva versión del virus era más infecciosa y transmisible que la anterior. Ahora, todas las variantes actuales provienen de esta.

Una de ellas es la VOC-202012/01, que suma la mutación N501Y, identificada por primera vez en el sudeste de Inglaterra, que, en menos de dos semanas, ya se había extendido por todo Reino Unido, también según la OMS.

O en Sudáfrica, donde la variante viral 501Y.V2, que incluye otras mutaciones adicionales en la proteína S de la corona, como la E484K y la K417N, se ha asociado con una mayor carga vírica, lo que se traduciría en una capacidad de transmisión mucho mayor, apunta la OMS.

“Estas son las armas que tiene el virus para sobrevivir: modificar su genoma”, explica Díez, que ha estudiado la diversidad genética del nuevo coronavirus en España desde el inicio de la pandemia.

“Si el virus continúa en esta línea es muy difícil de eliminar, como pasa con el virus de la gripe, subraya Zúñiga. Por eso, esperamos que conviva con nosotros y los casos graves que cause sean cada vez menos”.

Como consecuencia, más allá de las vacunas, que quizás se tendrán que actualizar cada cierto tiempo, los tratamientos también serán clave para tratar los casos más graves, que necesiten atención especial.

abril 05/2021 (SINC)

La mitad de los cánceres infantiles del mundo no se diagnostican y la pandemia lo ha empeorado

Al Día, Noticias de Salud

La mitad de los cánceres infantiles del mundo no se diagnostican y la pandemia lo ha empeorado

El pediatra especializado en cáncer infantil se dio cuenta al poco de empezar la pandemia que el coronavirus amenazaba años de trabajo dedicado a mejorar la atención de estos pacientes en países con recursos limitados. Acaba de publicar un estudio que pone de manifiesto la magnitud del problema.

coronavirus niñosLa COVID-19 ha trastocado la lucha contra enfermedades que ya existían y que seguirán ahí una vez nos hayamos olvidado del SARS-CoV-2. Carlos Rodríguez Galindo (Reus, 1962), director del departamento de Medicina Pediátrica Global del Hospital de Investigación Infantil St. Jude (Estados Unidos), trabaja para mejorar la atención de los niños y niñas con cáncer, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Como muchos otros investigadores, comprobó pronto que el coronavirus iba a cambiarlo todo.

“Empezamos a ver un gran impacto en todos los programas con los que trabajábamos, tanto por limitaciones de personal como en los sistemas de salud”, explica a SINC. “Los gobiernos derivaban recursos fuera del cáncer infantil, utilizaban camas de los hospitales reservadas a estos pacientes y enviaban enfermeras y médicos a las líneas primarias de atención a la COVID-19”.

En el cuidado de los niños con cáncer han aumentado los abandonos por falta de recursos, transporte o acceso al hospital; se ha interrumpido la quimioterapia, radioterapia y cirugías; y también han disminuido los diagnósticos.

Fue entonces cuando Rodríguez y sus colaboradores decidieron poner en marcha una encuesta, contestada por más de 300 profesionales de 79 países, para mapear y hacer un seguimiento de la situación. Sus resultados se han publicado recientemente en The Lancet Child & Adolescent Health y ponen de manifiesto que la pandemia ha reducido diagnósticos e interrumpido tratamientos en todo el planeta, sobre todo en los países menos favorecidos.

Hablamos con Rodríguez sobre los avances que se habían logrado en su campo en los últimos años, cómo la pandemia los ha puesto en peligro y qué consecuencias tendrá esto.

¿Afecta más la COVID-19 a los niños y niñas con cáncer?

Tenemos un registro global con más de 1 600 casos reportados de niños con cáncer infectados por SARS-CoV-2, que nos dio una primera imagen de lo que estaba ocurriendo. Vimos que les afecta de forma significativa, pero la mortalidad no es tan alta como habríamos esperado en pacientes inmunosuprimidos. Teníamos miedo de que hubiera una alta tasa de mortalidad en todo el mundo, pero esta era de un 3,5 %: más grande que en niños sin cáncer, pero no tanto como en personas mayores.

Entonces, ¿cuál es el mayor peligro que supone la pandemia para estos pacientes?

El principal impacto no es la infección, sino cómo esta afecta a los sistemas de salud, sobre todo a los de países con recursos limitados, que son más vulnerables. El cuidado de los niños con cáncer ha sufrido una disrupción significativa: han aumentado los abandonos por falta de recursos, transporte o acceso al hospital; se ha interrumpido la quimioterapia, radioterapia y cirugías. También han disminuido los diagnósticos y estamos esperando a ver cuál es el impacto de eso. Muchos habrán fallecido sin llegar, al médico, y sabemos que otros lo han hecho dos o tres meses más tarde, lo que también incrementa la mortalidad.

El diagnóstico y la supervivencia de los niños con cáncer en países con recursos limitados había mejorado en los últimos años. ¿Cómo afectará la pandemia a esto?

Lo sabremos dentro de un año, pero definitivamente ha habido un impacto. En los últimos tres o cuatro años nació un movimiento global para priorizar el cáncer infantil en los sistemas de salud. Muchos gobiernos movilizaron recursos y creo que el ambiente era muy positivo para avanzar en este tema.

El principal impacto de la pandemia no es la infección, sino cómo esta afecta a los sistemas de salud, sobre todo a los de países con recursos limtados.

No quiero trivializar, pero en la salud global hay una dicotomía entre las enfermedades infecciosas, como sida y malaria, que es lo que ha marcado las últimas dos décadas, y las no transmisibles crónicas como diabetes, hipertensión y cáncer. Ha habido un paso gradual hacia la priorización de estas últimas, con programas que han empujado a los gobiernos a crear políticas de salud para proteger al paciente de cáncer, lo que incluye financiar la pediatría. Fue un camino que tardó muchos años, y creo que uno de los efectos de la COVID-19 será que los sistemas se darán cuenta de nuevo de que somos muy vulnerables a las enfermedades infecciosas y los recursos y la atención social y política vuelvan a ellas. Temo que esta transición que tanto había costado se pierda. Además, en sistemas de salud vulnerables una bomba en el camino como esta lo desmonta todo y hay que poner otra vez todas las piezas.

¿Qué podemos hacer para empezar a paliar los efectos de la pos pandemia sobre los niños con cáncer?

Nosotros intentamos proteger a los equipos, mantener las inversiones y adaptarnos. Hemos reenfocado nuestro trabajo para asegurar que los sistemas de salud puedan sobrevivir a la COVID-19 en lo que respecta al cáncer infantil. Seguimos trabajando con los gobiernos: por ejemplo, en noviembre Perú creó una ley de subvención para el cáncer infantil para proteger a los niños e incluso a las familias, pagando un salario a los padres cuando tienen que dejar el trabajo para atender a sus hijos. A pesar de la pandemia se dieron cuenta de la importancia de invertir en esto y hemos visto que muchos países se han mantenido fieles a lo que habían empezado antes, pero no sé hasta qué punto continuarán.

En el último año se ha puesto de moda el concepto de One Health en relación con las enfermedades infecciosas. Esta necesidad de pensar en la salud como algo global, ¿debe aplicarse también al cáncer?

Yo creo que sí. El cáncer en general no es una prioridad a nivel global porque los gobiernos entienden que hay otras. La integración de los sistemas de salud en cualquier iniciativa de cáncer es crítica. En pediatría intentamos que los programas de cáncer a nivel global estén muy bien integrados con los de disminución de la mortalidad maternoinfantil para estar seguros de que los recursos son compartidos, y se educa a los médicos primarios para que puedan ayudar con las dos partes.

El 80 % de los cánceres infantiles tiene lugar en países con recursos limitados y su número está en alza. ¿Por qué?

Creemos que cada año unos 400 000 niños desarrollan cáncer y solo 200 000 son diagnosticados. De esa mitad sin diagnóstico casi todos son de países en vías de desarrollo.

Porque la inmensa mayoría de la población infantil del planeta vive en países con recursos limitados. Además, en Europa y Estados Unidos el número de niños no aumenta, pero en el resto del mundo sí. Hay un fenómeno de transición epidemiológica: en los lugares más pobres las tasas de mortalidad por debajo de los cinco años son muy elevadas, pero a medida que los sistemas de prevención de mortalidad materno infantil, educación, nutrición y vacunación mejoran, la población sana por encima de esta edad aumenta. Esto provoca que también crezcan los casos de cáncer infantil, simplemente porque las causas de fallecimiento con las que compite disminuyen.

¿El diagnóstico ha mejorado en estos países?

Existen mejores sistemas, pero el 50 % de los niños con cáncer no son diagnosticados a nivel global. El número es difícil de estimar, pero creemos que cada año unos 400 000 niños desarrollan cáncer y solo 200.000 son diagnosticados. De esa mitad que fallece, sin diagnóstico, casi todos lo hacen en países en vías de desarrollo.

Hace un año calcularon que invertir en el cáncer infantil tendría un gran retorno desde un punto de vista materialista y salvaría la vida de 11 millones de niños.

Intentamos convencer a los gobiernos de que apoyar el cáncer infantil es una inversión cuyo retorno se puede multiplicar por dos o tres al cabo de veinte o treinta años conforme esos niños entran en el mercado laboral. Buscamos integrar estos parámetros económicos en cualquier política de salud para que los gobiernos vean la importancia que tiene, y que invertir en los niños es beneficioso no solo para ellos, sino también para los sistemas de salud.

Intentamos convencer a los gobiernos de que apoyar el cáncer infantil es una inversión cuyo retorno se puede multiplicar por dos o tres al cabo de 20 o 30 años, cuando entran en el mercado laboral.

Es importante definir bien el problema. En pediatría intentamos manejar nuestro lenguaje en torno a los años de vida perdidos por discapacidad, mortalidad o morbilidad. Los pacientes de cáncer infantil son jóvenes que van a vivir muchos años, por lo que el impacto es mucho mayor que si lo comparamos con una adulta con cáncer de cuello uterino. Para nosotros es muy importante el mensaje de invertir en el futuro: los niños tienen una vida muy larga. Cuando ponemos todos los cánceres en una lista, el infantil está en el top cinco porque son muchos años de vida los que se pierden por no invertir en él.

Y entonces llegó la COVID-19

En el artículo vemos que casi una tercera parte de los centros comunicaron una disminución en el número de casos diagnosticados, y estamos hablando de países que ya tenían grandes limitaciones para encontrar casos. Allí donde llevamos años trabajando, como Guatemala, donde creamos un centro nacional para el cáncer infantil, solo podemos ver un 60 %. Y es uno de los países más avanzados en este grupo de países con recursos limitados.

Menos diagnósticos, abandono de tratamientos… ¿Cree que sus resultados son extrapolables a otras enfermedades y grupos poblacionales?

Definitivamente sí. No ha habido muchos estudios de cáncer en adultos, pero uno al principio de la pandemia en Países Bajos mostró una disminución dramática en el número de adultos diagnosticados, que luego regresaban pero con la enfermedad muchísimo más avanzada. Creo que esto se ha demostrado incluso en Europa y estoy seguro de que en otras enfermedades crónicas, como diabetes y cardiovasculares, también habrá habido un impacto.

¿Cree que los niños han sido olvidados en esta pandemia?

[Piensa]. Es un punto complicado, pero creo que cuando hay una crisis social o sanitaria a veces no centramos la atención en las necesidades únicas de los niños y eso es muy importante recalcarlo. No sé si los niños son los grandes olvidados, en la pandemia, pero es posible que el impacto sobre ellos haya sido superior. Desde el punto de vista de salud la han tolerado mucho mejor que los adultos, pero si miramos otros impactos, como el afectivo, la falta de socialización, el cierre de colegios… El impacto se verá en uno o dos años. Creo que habrá una generación de niños que lo va a notar.

Cierre de colegios, falta de socialización… ¿Tendrá todo esto un impacto a largo plazo?

Obviamente. No soy sociólogo ni pedagogo y no sé cómo se va a evaluar ni cuál va a ser el impacto en toda una generación de niños: lo único que puedo decir es que el impacto ha sido sustancial en los niños con cáncer en todo el mundo, y si podemos medirlo en ellos me imagino que este es igual o superior en niños con otras enfermedades que no han sido analizadas, niños con necesidades crónicas, de aprendizaje, de nutrición, de desarrollo psicomotor… El impacto puede ser catastrófico.

¿Qué lecciones podemos sacar de la pandemia?

La necesidad de estar preparados y tener la humildad de no subestimar lo vulnerables que somos. No podemos permitirnos que esto vuelva a pasar. Una segunda pandemia en los próximos cinco años sería devastadora en muchos sentidos y prevenir es lo más seguro para luego seguir construyendo programas de cáncer.

Aprender a priorizar, algo que hemos aprendido de nuestros colegas que han sabido hacerlo en medio de una situación catastrófica. Estar cerca de agencias globales y sistemas de salud para, cuando sea necesario, poder levantar la mano y asegurar que no se olviden de los niños con cáncer. No hay mucho interés en el cáncer infantil, que se tiende a olvidar ante tantas prioridades. La vulnerabilidad de estos pacientes no se soluciona de la noche a la mañana.

abril 05/2021 (SINC)

Día Mundial de la Actividad Física: cada movimiento cuenta para mejorar la salud

  • FUENTE: OMS
  • 6 Abril 2021

Hasta 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa. En un momento en el que muchas personas están obligadas a permanecer en casa debido a la COVID-19, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realizan suficiente actividad física.

La actividad física regular es fundamental para prevenir y ayudar a manejar las cardiopatías, la diabetes de tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, disminuir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y potenciar la salud cerebral.

La OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. La actividad física hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse a determinados lugares y desde ellos, o como parte del trabajo de una persona. La actividad física, tanto moderada como intensa, mejora la salud.

Entre las actividades físicas más comunes cabe mencionar caminar, montar en bicicleta, pedalear, practicar deportes, participar en actividades recreativas y juegos; todas ellas se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad y para disfrute de todos.

Las directrices y recomendaciones de la OMS proporcionan información detallada en cuanto a los diferentes grupos de edad y los grupos de población específicos sobre el nivel de actividad física necesario para gozar de buena salud.

A propósito del Día Mundial de la Actividad Física, que se conmemora cada 6 de abril, la Biblioteca Virtual en Salud de Cuba le propone revisar el trabajo Intervenciones telepsicológicas con deportistas cubanos de alto rendimiento durante la pandemia COVID-19.  El objetivo de este estudio fue identificar las principales dificultades adaptativas confrontadas por los deportistas cubanos de alto rendimiento en la etapa de confinamiento, los contenidos subjetivos más abordados por los especialistas que les brindaron apoyo y los tipos de intervenciones más empleadas mediante esta modalidad de trabajo.

La celebración del Día Mundial de la Actividad Física nace por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue acordada mediante una resolución durante la 54a Asamblea Mundial de la Salud, realizada en el año 2002. La OMS solicitó a sus Estados miembros conmemorar un “Día Mundial de la Actividad física”, también conocido como “Move for Health”, con el objetivo de promover el movimiento físico en pos de la salud y el bienestar.

Percepción de riesgo: principal antídoto contra la COVID-19

 

Percepción de riesgo: Dr. Francisco Durán

La Habana, 30 mar (ACN) Con un llamado a la población cubana a no perder de vista la percepción del riesgo y la necesidad de continuar cumpliendo las medidas higiénico-sanitarias establecidas, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología, comenzó hoy su habitual comparecencia para actualizar sobre la situación de la COVID-19.

El funcionario del Ministerio de Salud Pública (Minsap) informó que al cierre de ayer Cuba reportó mil ocho nuevos casos positivos al SARS-CoV-2, causante de la referida enfermedad, y desde marzo de 2020, cuando se introdujo la pandemia en el país, ya se acumulan 74 mil 212 confirmados, por lo cual es de vital importancia mantener las medidas de restricción.

En su comparecencia, que se transmite por la Televisión Cubana, el avezado epidemiólogo dio a conocer que en la última jornada se reportaron cuatro fallecidos, todos contactos de casos positivos, que presentaban comorbilidades que hicieron más tórpida su evolución.

Reiteró que la situación epidemiológica sigue siendo compleja, aún cuando se avanza en los estudios clínicos de los candidatos vacunales cubanos, por ello, el mejor antídoto para evitar el contagio sigue siendo la protección.

En las últimas 24 horas se procesaron en los 23 laboratorios de biología molecular del país 20 mil 421 muestras, de las cuales mil ocho resultaron positivas (4.94 % de positividad), 307 más que el día anterior, y cuando ese indicador llega al 5 %, habla de una fuerte transmisión en el territorio, advirtió el especialista del Minsap.

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Ya en la mayor de las Antillas se han estudiado desde el inicio de la pandemia dos millones 963 mil 852 muestras, de ellas 74 mil 212 han resultado positivas a la COVID-19, enfatizó Durán.

De los mil ocho nuevos casos diagnosticados este lunes, 986 son autóctonos, la cifra más alta de los últimos 15 días, mientras 22 son importados, con fuente de infección en el extranjero.

Cabe resaltar que 961 son contactos de casos confirmados anteriormente, el 95.3 %, para un total de 68 mil 524, el 92.3 %, así como también en 25 no se pudo precisar la fuente de infección, de estos últimos se acumulan 633 casos, el 0.8 %

Del total de casos del lunes, 476 personas estaban asintomáticas al momento del diagnóstico, y se acumulan 38 mil 746 (el 52.2%) de todos los diagnosticados durante la epidemia, refirió el galeno.

Continua La Habana con la mayor incidencia: 558 casos, le siguen Granma: 127; Santiago de Cuba: 61 y Matanzas: 60.

Con las 664 altas médicas de ayer, ya se han recuperado de la enfermedad 69 mil 868 personas, informó.

Precisó el doctor Durán que hasta hoy permanecen hospitalizados con el virus activo tres mil 867 pacientes, de ellos tres mil 795 presentan evolución clínica estable, 31 críticos y 41 en estado grave.

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Alarmado nuevamente, el director de Epidemiología del Minsap señaló que entre los diagnosticados con la COVID-19 en la última jornada se incluyen 164 menores de 18 años de casi todas las provincias del país, de los cuales siete son lactantes.

Hizo un llamado de protección a padres y familiares para evitar el contagio en ese grupo etario si se tiene en cuenta que ya suman ocho mil 815, de ellos 460 lactantes que se han infectado con ese coronavirus de muy alta transmisión y letalidad.

Gracias a los protocolos de actuación y al esmerado cuidado de los profesionales de la salud y los científicos, hasta la fecha no se registra la muerte ni reinfección de ningún niño o adolescente y el 93,7 por ciento de los diagnosticados ya están de alta médica; pero permanecen con el virus activo 554, significó.

Durán destacó que en lo que va de marzo hasta el cierre de ayer se acumulan 97 fallecidos y 23 mil 622 casos confirmados con la COVID-19 (618 más que los 23 mil cuatro registrados en febrero), indicadores que demuestran la compleja situación epidemiológica en Cuba.

Revisión bibliográfica sobre COVID 19 en pacientes con cáncer de pulmón

La COVID-19 es una enfermedad pandémica producida por el virus SARS-CoV-2. Entre los grupos vulnerables a padecerla se encuentran quienes padecen cáncer de pulmón, por presentar una inmunodepresión adquirida por los tratamientos oncoespecíficos administrados, lo cual conlleva a una mayor exposición a complicaciones en caso de contagio.

El objetivo del presente trabajo fue exponer los riesgos y complicaciones que tienen los pacientes con cáncer de pulmón que reciben tratamientos oncoespecíficos, si se infectan con el SARS-COV-2.

Se realizó una revisión sistemática que incluyó los principales artículos publicados en inglés y en español por autores cubanos y extranjeros en revistas de alto impacto a nivel mundial, así como información reportada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la red de Infomed y el Ministerio de Salud Pública de Cuba. Se concluyó que los pacientes con cáncer de pulmón no presentan un riesgo superior a la población general para contraer la COVID 19, sí existe cierta evidencia de que estos pacientes puedan sufrir una infección más grave si la adquieren.

Vea el artículo completo en: Camacho Sosa K, Ramírez Rodríguez D, Alonso Triana L, La Rosa Iznaga D. Revisión bibliográfica sobre la COVID 19 en pacientes con cáncer de pulmón. revmedicaelectronica [Internet]. 2021 [citado 31 Mar 2021];, 43(1):[aprox. 0 p.]. Disponible en: http://www.revmedicaelectronica.sld.cu/index.php/rme/article/view/3921.